La fuerte caída del mercado de valores estadounidense marca una nueva escalada en el juego de tarifas. China anunció que a partir del 1 de diciembre, implementará controles de exportación sobre ciertos materiales de tierras raras y de baterías de litio, una decisión que tomó por sorpresa a Trump y expuso la vulnerabilidad de Estados Unidos en la cadena de suministro clave. Trump luego respondió en las redes sociales, afirmando que el 1 de noviembre impondrá aranceles del 100% a los productos chinos. Sin embargo, la reacción del mercado fue rápida y fría: el Nasdaq cayó 820 puntos, el dólar se debilitó y el sentimiento de aversión al riesgo en el mercado de bonos se disparó.

Detrás de este enfrentamiento, hay una lucha inversa de estrategias entre los dos países. La "carta de tierras raras" de China golpea en el punto clave: las tres grandes industrias de tecnología, defensa y vehículos eléctricos casi no pueden prescindir de estos materiales, y es casi imposible para Estados Unidos establecer un sistema de suministro alternativo a corto plazo. Esto significa que, una vez que se implementen las restricciones, Washington deberá hacer una difícil elección entre "seguir escalando el conflicto" y "buscar negociaciones para la desescalada".
El gobierno de Trump se encuentra en una encrucijada. Aumentar los aranceles parece ser una postura firme, pero en realidad hace que las empresas y los consumidores estadounidenses asuman los costos; relajar las sanciones debilitaría su posición política en las campañas y en el ámbito diplomático. La exportación de productos agrícolas se ha visto obstaculizada y la ayuda financiera se ha retrasado, lo que lo pone en una posición difícil ante los votantes nacionales. A pesar de esto, Trump aún elige "seguir intensificando", tratando de recuperar su imagen con políticas de alta presión, pero el mercado ya ha dado su respuesta con una Gran caída: el costo de este juego, Estados Unidos podría no poder pagarlo.
En comparación, la estrategia de China es más tranquila. En áreas como tierras raras, baterías de litio y materiales semiconductores, China está construyendo una cadena de suministro completa que es auto-sostenible y está reduciendo gradualmente su dependencia de la tecnología estadounidense. Como dijo Geoffrey Gertz, un académico del Nuevo Centro de Seguridad de Estados Unidos: "China ya ha demostrado su determinación de invertir recursos y ejecutar planes, mientras que Occidente no tiene la misma capacidad de ejecución."
Este juego de tarifas y recursos, en la superficie es un conflicto comercial, pero en esencia es una lucha por el poder de decisión en la cadena de suministro global. En el pasado, Estados Unidos reprimió a China con sanciones de alta tecnología, ahora China responde con tierras raras, usando el mismo método que Estados Unidos contra sí mismo. El viento está cambiando: quien pueda ganar la ventaja en innovación autónoma e integración industrial, podrá tener la delantera en la competencia global futura.